A la hora de registrar el punto de tueste ideal para un determinado grano de café y de definir su perfil de taza, es decir, especificar sus características sobresalientes, establecer su intensidad y sugerir el tipo de preparaciones que permitan apreciar dichas cualidades, la prensa francesa o cafetera de émbolo es una de las grandes invitadas a esta fiesta del aroma y del sabor.
La primera cafetera que permitió una extracción de café por infusión fue realizada en 1852 por los franceses Mayer y Delforge. Sin embargo, el modelo de la actual prensa francesa tal como la conocemos hoy fue patentado por primera vez por el diseñador italiano Attilio Calimani en 1952. Algunos años después el suizo Faliero Bondanini realizó ciertas mejoras en el diseño y la popularizó en Francia con el nombre de Chambord. De allí su afamada identidad francesa…
El diseño de la prensa francesa es bastante simple. Se trata de un recipiente con tapa, la cual contiene un émbolo con un filtro de malla metálica en su extremo inferior, que impide el paso del café no soluble al momento de servir la bebida. Por ello, el café molido debe ser grueso, similar a las migas que deja el pan.
El método de preparación en una prensa francesa da como resultado una bebida compleja, que realza los matices de sabor y aroma del grano tostado, contenidos en los aceites que quedan tras la infusión. Es una bebida en donde destaca el cuerpo o viscosidad del líquido junto a una mayor concentración de cafeína, dado el tiempo que dura la extración. Para un resultado satisfactorio, proponemos los siguientes 4 pasos: